Hoy 19 de noviembre es el día internacional del cáncer de páncreas. Este es un cáncer incurable, aunque hay noticias que pueden arrojar luz a un futuro más esperanzador. En concreto, PARP es una proteína que se encuentra en nuestras células. Su función fundamental es la de ayudar a reparar las células dañadas. Los inhibidores de PARP son medicamentos dirigidos a detener este proceso en células cancerosas, que, al no poder repararse, mueren. Se ha visto su eficacia primero en cánceres con modificaciones del BRCA, ambos BRCA 1 y 2 participan en la reparación celular. Las células tienden a dejar de reparar células si hay alteraciones en un BRCA o en ambos. Su primera eficacia se vio en cáncer de ovario. Olaparib, niraparib y rucaparib son PARP inhibidores farmacológicos.
Tienen la ventaja de tomarse oralmente y carecer prácticamente de toxicidad.
Dos terceras partes de cánceres de páncreas con mutaciones genéticas son sensibles a estos inhibidores, con detención del crecimiento o incluso disminución del tumor después de haber recibido quimioterapia intensiva y pasar a un inhibidor PARP.
En los primeros ensayos, el 67% de pacientes han respondido y han mostrado algún tipo de respuesta positiva con aumento de la supervivencia.
Webs que pueden ser de interés sobre este tipo de cáncer: www.pancreasfoundation.org o www.hopepancreaticcancerfoundation.org